Bloqueados no, bloqueado
¡Que simpático! . Como diría
mi primo Heriberto, autor de la entrevista, cuando el chiste no tiene ninguna
gracia.
Ahora resulta de son los
jugadores los que están ¡bloqueados!. Y hasta no me extrañaría conociendo la
forma de trabajar el míster que papá presi a puesto a su frente.
Pero la verdad es que viendo
la segunda parte que el equipo jugó en O Carrasco ante el Marcón Atlético y los
últimos 30 minutos en Burgáns, no es esa la impresión que me dio ni mucho
menos.
Nerviosos y un tanto
desconcertados, esa sí que es la situación, que me pareció a mí, que atraviesan
los jugadores del Marín C. F. en estas tres primeras jornadas.
Primero, porque la
preparación, los partidos amistosos jugados durante la pretemporada no se
aprovecharon para ir formando un equipo y que ese fuese cogiendo la conjunción
necesaria para afrontar un comienzo de liga ya algo coordinados.
El míster, en cada partido de
pretemporada, se empeñó en formar dos onces completamente diferentes para cada
tiempo, y nunca se parecieron los dos onces de un partido con los del otro. Por
lo que los jugadores no tuvieron tiempo para conocer al compañero que habría de
tener al lado ni ir cogiendo los automatismos necesarios para que el equipo
funcione.
Después está también el
empeño del míster, criticado ya aquí muchas veces, de colocar a jugadores fuera
de su puesto habitual lo que provoca su falta de confianza al ejecutar sus
acciones.
Y no digamos su empeño en
practicar un fútbol para el que el plantel no está capacitado. Un juego de
toque y conducción desde atrás que sobre todo en esta división, la Primera Autonómica,
es un atentico suicidio porque aquí lo que priva es la pelea.
Porque como he dicho muchas
veces Fan Blanco es un entrenador de play-station y la ‘play’ ya sabemos que
los admite todo, pero los terrenos de juego de Primera Autonómica no.
Y esta es una división que
Fran Blanco no conoce, porque no me equivocaría mucho en decir que sobran los
dedos de las manos para contar los partidos de esta división que ha visto en su
vida, división en la que por otra parte nunca jugó.
Fran Blanco no se ganó en
modo alguno dirigir a un equipo de esta división. Con cuatro años en banquillos
de la categoría Juvenil, dos en Tercera Autonómica y otros dos en Segunda
Autonómica donde sufrió de lo lindo para mantener a su equipo a pesar de los
buenos planteles con los que contó y los refuerzos que recibió en los momentos
de apuro, no son méritos suficientes para alcanzar el cargo que ahora tiene.
Está muy bien tener títulos y
diplomas, pero la experiencia es la madre de la ciencia.
Su único mérito es ser el
hijo del presi.
Sería el colmo, por otra
parte, que le echara sólo la culpa a los jugadores de la situación que
atraviesa el equipo. Cuando la cuota más grande la tiene él por haber aceptado
un cargo para el que en manera alguna está preparado y su papá, el presi, por
la frivolidad de colocarlo ahí.
Dice que tiene que transmitirle
tranquilidad a los jugadores. Y sin embargo los señala cambiando a cuatro de
golpe como hizo en el descanso del partido de O Carrasco o cambiando las
alineaciones cada domingo. Sólo dos jugadores Emilio y Dani Domínguez y no en
el mismo puesto han jugado completos los 270 minutos que se llevan disputados
de campeonato, 17 ya han sido titulares en algún partido y ya ha utilizado a 19
jugadores en tan sólo tres partidos.
Y no es extraño que le cueste
ensamblar a los jugadores nuevos cuando se empeña en colocar a Turu que siempre
fue atacante como mediocentro defensivo o a un centrocampista organizado Andrés
Faro lo coloca de auténtico extremo.
No me gustó tampoco esa
penúltima frase de sus contestaciones ‘si se dejan la piel en el campo’. ¿Es
que lo pone en duda?.
Está claro que visto lo visto
sobre el terreno de juego en estas jornadas y sus explicaciones en prensa de las
derrotas, que está bien que dé la cara, el único que está bloqueado es él y con
ese bloqueo arrastra al equipo a la derrota.
¿Y papá?. Papá ‘fuma en pipa’
porque la realidad, que es muy tozuda, le está dando la razón a los que decimos
que su gestión al frente del Marín Club de Fútbol es un auténtico despropósito.