¡Que vergüenza!. ¡Pero éste quien coño se cree que es
el Marín Club de Fútbol!
La verdad es qué, por desgracia,
no nos esperábamos una ocurrencia de menor calibre del chico este al que su
papá ha puesto de entrenador del primer equipo del Marín Club de Fútbol.
El chaval anda tan pez, más
perdido que un pulpo en un garaje en el fútbol de Primera Autonómica, que una
vez que se ha quedado sin portero porque Carlos Arosa y Toño Salgado se
marcharon del club ‘hasta los c… de él’ y Pablo González está sancionado.
Que no se le ha ocurrido otra
cosas que despolvar los guantes de su amigo del alma, Corredoira, que lleva más
tiempo retirado que ‘carracuca’ y ponerlo a defender los palos de la portería
del Marín Club de Fútbol nada menos que en el campo más antiguo y carismático
del fútbol regional gallego.
Ahora sólo falta que nos
fiche al Córdoba y a algún viejoro más de los que tuvo en el filial e ir
haciendo más el ridículo por esos campos más de lo que lo lleva haciendo desde
el mes de septiembre.
Menos mal que ya entramos en
el mes de febrero, mes en el que papá presidente prometió presentar su dimisión
y dejar el club en manos de un supuesto relevo al que ya tenía a su lado para
que ‘fuera aprendiendo’.
Menos mal que nadie lo vio y
se supone que no aprendió nada, al menos de tan mal maestro.
Lo que ya dudamos también es
que ese supuesto relevo esté dispuesto ahora a coger el club, en el caso de que
se halla percatado de cómo van las cosas por San Pedro.
Porque esa es otra. ¿Quién se
atreverá a coger el Marín Club de Fútbol? Después de que lo deje este incompetente
presidente y como lo deje.
En la Asamblea el señor hizo
una promesa: ‘Firmar ante notario de que todas las deudas que tuviera el club
fechadas en su mandato y que no estuviesen reflejadas en el libro de cuentas
las pagaría él’.
Pues bien estamos en febrero.
¡Que vaya al notario!. ¡Que firme! ¡Convoque una Asamblea de Socios para presentar
su dimisión y entregar ese papel¡.
Y que deje en paz al Marín
Club de Fútbol de una p… vez.
Él y su hijo.