La
situación del Marín Club de Fútbol es letal, la entidad está a borde de colapso
y de la desaparición.
Y
el presidente sigue empeñado en seguir al frente de una entidad que ya no
gobierna, más bien desgobierna desde hace mucho tiempo.
Las
deudas ahogan al club. Claro que lleva más de un año sin presentar las cuentas de
la temporada 2011-2012 y mucho me temo que las de la temporada 2012-2013
tampoco las llegaremos a conocer con exactitud los socios.
En
la Asamblea pasada se apuntó unos gastos de la temporada 2012-2013 de unos 132
mil euros mientras que los ingresos podrían alcanzar los 91 mil euros
aproximadamente, aunque se habló de unos 9 mil euros que supuestamente se habían
recaudado pero que no aparecían por ningún lado.
No
se investigó como se debiera, a pesar de la petición expresa de los socios en
la asamblea, a donde fueron a parar esos 9 mil euros, y lo peor es que a base
de rumores la cifra fue creciendo con el paso del tiempo.
¿A
cuánto alcanza la cantidad que realmente se recogió pero no entró en las arcas
del club?.
Estamos
esperando a que alguien nos lo diga y que nos demuestre que realmente es así.
Pero
de los números apuntados en la Asamblea pasada se deduce que el déficit de la
temporada 2011-2012 tuvo que estar por encima de los 40 mil euros.
Si
a ello unimos que se apuntó una deuda con los jugadores de 31 mil euros, según
se dijo en la asamblea, de los cual 15 mil fueron denunciados y el club
condenado, hace unos días, a pagar.
Algunos
jugadores cobrarán, no sé de donde, pero cobrarán, porque así lo ha dictaminado
un juez.
¿Pero
y los otros?. Aquellos que por amor al club y por respeto a sus socios no han
denunciado.
¿Qué
pasará con ellos?. Porque por desgracia a alguno no es la primera vez que les pasa.
Ven como sus compañeros, los que denuncian, cobran y a ellos se les queda cara
de tontos porque ni si quiera una satisfacción verbal se les da.
Y
lo que es peor ya están casi convencidos de que por tercera vez les sucederá lo
mismo, porque aún no han visto sus compensaciones de mes de abril y ya se temen
ni verlas ni las de mayo de esta temporada.
Y
mientras el primer equipo, el Marín C. F., descendido a la Primera División Autonómica,
porque aquí primó por encima de todo la salvación del filial, del equipo B,
porque es el equipo que dirige el hijo del presidente, que cómo iba a contar en
su currículum con un descenso.
El
B tenía preferencia a la hora de escoger a los jugadores y el entrenador del
primer equipo se tenía que conformar con los pocos jugadores que quedaban en su
plantilla y las sobras, o sea los descartados de las convocatorias del filial e
incluso de los juveniles.
Y
esto es muy fácilmente demostrable, sólo hace falta ver como alguno de los
jugadores que iban con el primer equipo no eran titulares ni en el filial ni en
el juvenil.
Incluso
ahora que el filial está salvado, que ya aseguró su plaza en la Segunda
Autonómica, y el Juvenil ya concluyó su competición a día de hoy el míster del
primer equipo no sabe con que jugadores de esas plantillas podrá contar para el
domingo y eso que sólo tiene diez jugadores disponibles de la suya.
No
sé cuánto tiempo aguantarán los socios del Marín C. F. esta auténtica afrenta y
esta burla a la historia de su club. Pero está claro que el Marín Club de
Fútbol está pasado por el peor momento de su historia y, o hacemos algo, o se
nos muere y después cuando ya no haya solución lloraremos su muerte.